Por Harkaitz Eguiraun Martinez
Fotos cortesía Joseba Barrón
Sobre las 13:00h cruzaba la meta el primer clasificado, después de una agónica jornada de domingo. En algo menos de 2 minutos lo hacía el grueso del pelotón, muy diezmado por la dureza del recorrido y por lo complicado de la jornada en un día en el que el asfalto parecía una pista de patinaje artístico. Había que hilar fino y lo principal para poder optar a lo máximo, pasaba por no catar la fría y dura realidad del asfalto.
Lo que ocurrió ese domingo en Galdames solo fue la punta del iceberg de algo que comenzó a gestarse unas 3 semanas antes. El equipo tenía claro que iba a ser una carrera dura donde la estrategia iba a tener mucho que decir. Durante uno de tantos desayunos de equipo, con Josetxu como único confesor y asesor, se unificaron criterios y se dió forma a lo que iba a ser la estrategia de carrera. El resultado simple pero efectivo: dos únicos pero certeros planes.
Fotos cortesía Joseba Barrón
Sobre las 13:00h cruzaba la meta el primer clasificado, después de una agónica jornada de domingo. En algo menos de 2 minutos lo hacía el grueso del pelotón, muy diezmado por la dureza del recorrido y por lo complicado de la jornada en un día en el que el asfalto parecía una pista de patinaje artístico. Había que hilar fino y lo principal para poder optar a lo máximo, pasaba por no catar la fría y dura realidad del asfalto.
Lo que ocurrió ese domingo en Galdames solo fue la punta del iceberg de algo que comenzó a gestarse unas 3 semanas antes. El equipo tenía claro que iba a ser una carrera dura donde la estrategia iba a tener mucho que decir. Durante uno de tantos desayunos de equipo, con Josetxu como único confesor y asesor, se unificaron criterios y se dió forma a lo que iba a ser la estrategia de carrera. El resultado simple pero efectivo: dos únicos pero certeros planes.
Lo más difícil estaba hecho. Ahora tocaba poner a punto los motores. El invierno se hace largo, frio y húmedo. Para superarlo en forma nada mejor que combinar entrenos largos con cortos a ritmo alto. Una de las principales alegrías de este invierno es la vuelta de Aitortxu a la primera línea de la grupeta, donde pega el aire y donde más le gusta ir a él. Después de un par de años aciagos desde el accidente, su retorno es un estímulo más. Y al final, a base de sumar y sumar y sumar, vamos evolucinando hacia la cúspide.
Hay que tener presente que lo realmente importante no es la cima propiamente dicha, sino el camino que recorremos hasta ella y como lo hacemos. Eso nos moldea y éso nos define. Mark F. Twight, alpinista extremo, lo definió así: “Machacar el cuerpo para perfeccionar el alma”.
Por ello digo que la victoria es solamente la punta del iceberg, es la aceituna en el martini. De las dos estrategias solo hizo falta una. La otra se perderá en el tiempo y en los recuerdos, al igual que las victorias o las derrotas. Al final lo que quedamos somos nosotros y nosotros escribimos lo que queremos ser. Siempre fieles a un estilo.
Nosotros somos así, al que le guste bien y al que no le guste…
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